La obra «Anónimo no es nombre de mujer» muestra la opresión de la mujer

La obra «Anónimo no es nombre de mujer» se estrenará el jueves, en la Casa das Artes de Vila Nova de Famalicão, donde permanecerá en escena hasta el sábado, retratando la opresión -pasada y presente- sobre las mujeres.

Anónimo no es nombre de mujer» se basa en hechos ocurridos en hospicios reales, donde decenas de miles de personas fueron encarceladas, y representa el debut de la periodista Mariana Correia Pinto como dramaturga, describiendo la obra como «una obra sobre lo que es ser mujer, en el pasado y en la actualidad».

«Una obra que toca temas como las relaciones humanas, como la maternidad, como la igualdad -y la desigualdad- y, en el fondo, creo que es una obra sobre la democracia y sobre la libertad y los límites de la libertad», dijo Mariana Correia Pinto a Lusa, antes de un ensayo.

La autora del texto dramatúrgico explicó que la obra nació del encuentro de la directora artística de la compañía Narrativaensaio-AC, Luísa Pinto (que en esta obra es una de las dos intérpretes), con los libros ‘Malacarne: Mujeres y manicomios en la Italia fascista’, de la italiana Annacarla Valeriano (galardonada con el premio Benedetto Croce en 2018), y ‘Holocausto brasileño’, de la brasileña Daniela Arbex (que obtuvo el segundo puesto en el premio Jabuti, en 2014, en la categoría de Reportaje).

En Italia, la lista de justificaciones para detener a las mujeres era extensa, recuerda Mariana Correia Pinto: «Los delitos de estas mujeres eran de todo tipo, eran mujeres que, por ejemplo, no podían quedarse embarazadas, eran consideradas ‘defectuosas’, mujeres cuyos maridos tenían amantes, eran prostitutas, sin techo, pobres, hijas más rebeldes, mujeres que leían en la vía pública y todo esto era enviado a una institución mental. Era una forma de que el régimen controlara lo que había ahí fuera».

Cuando conoció «Holocausto brasileño», que describe el caso del Centro Hospitalario Psiquiátrico de Barbacena, conocido como la Colonia (que reunía a mujeres, pero también a hombres y niños), donde, según la sinopsis del libro, «a pesar de las denuncias realizadas a partir de los años 60, murieron más de 60.000 internos y un número incontable de vidas quedaron marcadas de forma irreversible», Luísa Pinto se dio cuenta de que se trataba de una historia similar a la del caso italiano y decidió llevarla a escena, invitando a la periodista a la tarea de escribir.

«Nos dimos cuenta de que era una realidad muy común a los regímenes opresivos, la obra no nombra el lugar donde es, lo que importa es que estamos en un régimen opresivo», dijo Mariana Correia Pinto.

El autor de la obra destacó que, al leer sobre el pasado, en particular los siglos XIX y XX, se dieron cuenta de que había paralelismos con el presente: «Para mí, no había terminado del todo. Me puse a reflexionar sobre ello, a las mujeres de hoy en día se les sigue llamando locas muy a menudo, siguen luchando contra la opresión, siguen persiguiendo el objetivo, la igualdad sigue siendo una promesa».

Para o encenador, António Durães, «o espetáculo parte desta premissa, desta verdade: mulheres eram afastadas da sua vida social, familiar, pelas razões mais absurdas, que não tinham nada a ver com a saúde mental, por razões políticas, afetivas, tantas razões e eram internadas como doentes mentais em sítios horrorosos, como são normalmente esses sítios, de uma forma completamente abusiva».

O encenador explicou que, na peça, «há um conjunto de personagens que vão trazendo ao conhecimento dos espectadores uma série de verdades que vão acontecendo lá», mas mostrando diferentes pontos de vista: «Acerca de um acontecimento, temos o ponto de vista da mulher que estava presa, mas também temos o ponto de vista da médica que subjugou aquela mulher, também temos o ponto de vista da presidente da terra que está acima da médica e assim sucessivamente. A verdade, o facto, é o mesmo, mas os pontos de vista é que mudam».

Com interpretação de Luísa Pinto e Maria Quintelas, a peça vai estar em cena em Vila Nova de Famalicão, no distrito de Braga, até sábado, seguindo depois para São Paulo, no Brasil.

António Durães disse à Lusa que a intenção é circular por várias cidades portuguesas durante o ano, estando já marcada uma data no Teatro Municipal de Bragança, em 01 de março, de acordo com a página ‘online’ da sala transmontana.